Armas por inmigrantes, la otra cara de Europa

(septiembre 2018) Me decidí a escribir este artículo por las declaraciones de Isabel Celaá, la ministra portavoz socialista del gobierno español, que hace unos días salió ante las cámaras a defender un contrato armamentístico con Arabia Saudí y dijo textualmente: "Las bombas son de alta precisión y no se van a equivocar matando yemeníes". Supongo que la señora ministra pretendía apagar el fuego que se había generado en los medios públicos e internet, sin embargo lo que realmente hizo fue avivarlo ya que esta fría frase solo podía ir de la mano de lo que para ella es dolor ajeno.


Cuando surgió la comunidad europea de las cenizas de la II guerra mundial lo hizo en primer lugar para comerciar, pero poco a poco se fue imbuyendo de valores e ideas ya abanderadas por otras naciones, como la "liberté, égalité, fraternité" de la revolución francesa, el respeto a la conciencia del pueblo de la revolución rusa y los derechos civiles conseguidos por los americanos en su orgullosa independencia. Hoy en día la Europa del respeto a la democracia, la paz y la justicia que se proyectó décadas atrás sigue pretendiendo ser un faro de libertad para todas las naciones que aspiran a construir un mundo mejor, sin embargo aquí ya no nos engañan, como demuestran cantidad de pruebas nuestra "estabilidad" se basa en sentarnos sobre los demás.

Así lo demuestra este gráfico presentado por SIPRI (Instituto internacional de estudios por la paz en Estocolmo) en el que se pueden ver a 6 "modélicos" países europeos en la lista de los 10 mayores exportadores armamentísticos del mundo, entre otros encontramos a como no a superpotencias bélicas como los Estados Unidos y a sus archienemigos Rusia y China. En el siguiente gráfico se observan por nacionalidades los principales refugiados de algunos vecinos nuestros; Alemania, Dinamarca, Suecia y Bulgaria acogen a sirios, Finlandia a iraquíes, Irlanda a nigerianos y Noruega a somalíes.
















-


O sea que la mitad de Europa se dedica a vender armas a las petromonarquías y la otra mitad a dar asilo a los que huyen por el terror de la guerra, ¿qué práctico no? El problema es que los de arriba se forran y los de abajo sufren, como siempre. Estoy seguro, como ciudadano llano que soy, que nadie quiere que su país venda armas a otros con el simple fin de ganar dinero, no es lícito ni es moral en una democracia; las armas deberían ser sólo para uso de defensa y si todo el mundo siguiera la misma lógica de hecho no harían falta.


Finalmente y por completar más que nada, añado un mapa de los conflictos actuales en el mundo, la gran mayoría ocurren en África y llegan hasta el corazón de Asia. Una de las pocas cosas que parecen tener en común estas regiones desamparadas son una falta total de justicia, transparencia, democracia y que no se te olvide, muchas armas.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El socialismo del siglo XXI

El eco de Allende